Son menos contaminantes y más económicos, pero aun así los vehículos con motores plenamente eléctricos no han acabado de calar entre la población. La principal complicación con la que se pueden encontrar los usuarios apunta directamente a los puntos de recarga, actualmente con presencia casi testimonial en la vía pública, y que supone un agravio a la hora de decidirse entre un coche eléctrico o uno de combustión. El negocio no acaba de arrancar.
Los vendedores ven en el Plan Estratégico Integral del Vehículo Eléctrico una nueva oportunidad para reflotar lo que consideran el futuro de la movilidad, más sostenible (menos emisiones contaminantes locales, equivalente a cero) y más económico (la recarga entera del vehículo cuesta un euro). Pero las dudas ante el nuevo sistema radican en los puntos de recarga, que en la vía pública solo se localizan en lugares muy concretos, como por ejemplo la zona comercial y de negocios Eix Macià, en Sabadell, o una gasolinera en plenos Túneles de Vallvidrera.
«La mayoría de los usuarios particulares que compran estos coches son personas muy sensibilizadas con el medio ambiente y que disponen de aparcamiento propio en casa donde poder conectarlo a la corriente», explica Francesc Buyolo, director comercial del concesionario Emovement Reva de Sabadell, el único de todo el Estado que vende únicamente vehículos íntegramente eléctricos. La recarga del coche durante una noche permite una autonomía de casi 100 kilómetros, una distancia más que asumible en recorridos urbanos durante la jornada.
Tocada como tantas por la crisis económica, desde que se abrió el concesionario, en verano del 2007, la empresa no ha llegado a vender el centenar de unidades. Los particulares solo representan un 5% respecto el total, mientras que los ayuntamientos son los principales adquisidores, adaptando las zonas de aparcamiento municipal para poder recargar sus flotas, una migración que no se ha plasmado suficientemente en la vía pública.
Párking gratis
Los vendedores también reclaman un paquete de medidas que incentive el uso de estos vehículos. En Madrid, los usuarios pueden aparcar gratuitamente en las zonas azules, y en Londres además pueden recargar sin coste su vehículo mientras está estacionado. «Ya hace tres años que solicitamos que en Barcelona se apliquen medidas similares», lamenta Buyolo. Sus previsiones apuntan que aun tendrán que pasar unos cuantos años hasta que podamos encontrar una paridad equitativa de vehículos de combustión y eléctricos circulando por las calles, pese a que a partir del 2012 las grandes marcas de automoción empezarán a comercializar los nuevos modelos plenamente eléctricos.