El retorno del alemán fue la noticia del invierno, pero en cuatro carreras los elogios se han convertido en duras críticas hacia su persona
Josep Viaplana
Michael Schumacher es el piloto más veterano de la parrilla y el más laureado, pero como uno vale su último resultado no se ha librado de las críticas tras sumar sólo 10 puntos por 50 su compañero de equipo, Nico Rosberg. En Alemania han sido especialmente duros con él, pero el alemán es un tipo duro, curtido en mil batallas y sigue determinado en aprovechar esta oportunidad.
Mercedes tiene la esperanza de que Schumacher pueda recuperar terreno introduciendo una importante evolución en el coche, cuya principal novedad es una mayor distancia entre ejes. El bólido también estrenará en Montmeló un importante paquete aerodinámico y una ‘copia’ del F-duct de McLaren, que ya probaron al igual que Ferrari en los entrenamientos libres del GP de China.
Bernie Ecclestone se frotó las manos cuando se cerró el regreso del alemán y ahora es uno de los que más le defienden. El ‘boss’ remarca que “hay que darle tiempo para adaptarse a su nuevo coche y a los nuevos neumáticos. Nunca habría regresado de no estar convencido que puede hacer este trabajo, no es un turista en el paddock, está aquí para ganar y lo hará de nuevo”. Por otro lado, hacía hincapié en que “yo aconsejaría no subestimar a Michael. En estos momentos es como un novato que tiene que acostumbrarse a las nuevas condiciones”. Ross Brawn, su mano derecha en sus siete títulos, apunta que Schumacher está lejos de tirar la toalla pese a los rumores de que podría dejar el volante mediada la campaña si no mejora. “Está determinado a ganar. Siempre ha sido su crítico más feroz, pero no se deja llevar por el pánico. Es increíblemente competitivo y dedicado, pero también muy estructurado. Está asimilando las lecciones por las que no ha ido rápido y seguro que en Barcelona dará un paso hacia delante”, explicaba Brawn.
Mika Hakkinen también le echa un cable y se muestra convencido de que “ganará una carrera este año”. El finlandés aseguraba que “le conozco y sé el modo en que está obsesionado con el trabajo si tiene una meta establecida, pero es difícil para él porque este deporte no admite excusas”. Schumacher restó importancia a los malos resultados y aseguró que no hay motivos para estar decepcionado. “Durante el invierno todo fueron parabienes y estaba en la cresta de la ola. Los resultados no son tan buenos como algunos esperaban, e incluso a mí mismo me hubiera gustado que fueran mejores, pero la competencia es alta. Sé lo que he estado haciendo, sé lo que ha estado sucediendo y no tengo motivos para estar decepcionado. Todavía me siento feliz con el paso que di, independientemente de lo que piense la gente”, apuntaba”.