Este mes se cumplen dos años de la puesta en marcha de los 16 radares (repartidos en 11 puntos distintos) de los túneles de la M-30. Una edad muy temprana, pero con la que ya baten récords, a tenor de un estudio realizado por Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
Según el informe, estos radares, distribuidos a lo largo de 43 kilómetros bajo tierra, poseen el dudoso honor de acumular el 38,9% de las sanciones por exceso de velocidad que se registran en la capital. Si a estos dispositivos les uniéramos el último de todos, instalado en noviembre de 2008, justo en la salida de uno de los túneles, en el kilómetro 4 de la A-5, la cifra llegaría al 78,4%.
Tal magnitud de sanciones se debe, según Mario Arnaldo, portavoz de AEA, al límite de velocidad de estas galerías, 70 km/h, “cuando lo ideal es que fueran 80 km/h. En el resto de la M-30 las señales están a 90 km/h”, afirma.
Este límite es especialmente peligroso en el caso del radar de la salida de la A-5. El motivo de que acumule el 39,5% de las sanciones se debe a su ubicación. Nada más salir del túnel, al conductor se le abre una carretera de tres carriles, toda una invitación para acelerar, aunque el límite siga estando a 70 kilómetros por hora. “Una trampa en la que es muy fácil caer”, explica Arnaldo.
5.000 expedientes
Para el informe de la AEA se utilizaron 5.000 expedientes sancionadores incoados entre octubre de 2009 y enero de 2010. El Ayuntamiento de Madrid no ofrece datos sobre el número total de multas por velocidad tramitadas durante este periodo, pero insiste en que el tope de velocidad impuesto en los túneles es el correcto.
“Están en una zona urbana y son muy peligrosos, con múltiples ramales de entrada y salida. No nos podemos arriesgar”, asegura un portavoz del Gobierno local.
Además, esgrimen un argumento irrefutable: En estos dos años sólo ha habido un fallecido por accidente de tráfico en los túneles, un motorista al que arrolló un autobús el pasado Miércoles Santo. Además, en el caso del cinemómetro ubicado en la A-5, el Consistorio asegura que fue solicitado por los propios vecinos para reducir el ruido y la inseguridad vial de la zona.
El resto de más de 30 radares (fijos y móviles) que tanto el Ayuntamiento como la DGT tienen instalados en la ciudad de Madrid, se reparten el 20% de sanciones del estudio de la AEA, y ninguno de ellos supera el 1,2%. Aparte, el 81% de las multas corresponden a excesos no superiores a los 20 kilómetros hora (la falta más leve), con sanciones económicas de 92 euros.
Las señales, puestas para multar
Un informe presentado el pasado miércoles por el catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, Luis Montoro, destaca que el 40% de los conductores españoles considera que las señales de velocidad que se ponen en las carreteras españolas tienen como objetivo multar y recaudar dinero.
Además, el 31% de las personas consultadas para elaborar dicho estudio señalaron que la “señalización incorrecta” a veces obliga a realizar maniobras bruscas de riesgo.
Fuente: 20 Minutos