VERONA Italia (Reuters) - El ciclista Ivan Basso se adjudicó el domingo su segundo título en el Giro de Italia, tras llegar a un antiguo anfiteatro romano para recibir una bienvenida digna de un héroe, apenas tres años después de haber sido suspendido por un caso de dopaje.
El competidor del equipo Liquigas, campeón del Giro en 2006, completó la etapa en las empedradas calles de Verona evitando cualquier tipo de riesgos en una contrarreloj que concluyó las tres semanas de carrera.
"Estoy muy feliz. Esta ha sido un Giro realmente difícil", dijo a periodistas Basso, que finalizó decimoquinto en la etapa.
Ovacionado por miles de compatriotas que se alinearon en los 15 kilómetros de ruta a través de la ciudad de Romeo y Julieta, Basso reafirmó su amor por la segunda carrera por etapas más importante del ciclismo al esbozar una enorme sonrisa tras cruzar la línea de meta.
El flamante ganador entró en el Arena de Verona, uno de los anfiteatros romanos mejor preservados del mundo, para ser recibido por ruidosos aficionados y sus dos pequeños hijos.
Basso pasó sobre una alfombra rosa especialmente montada para hacer juego con el maillot del mismo color que identifica al ganador de la carrera y completó una resurrección que varios otros ciclistas suspendidos por dopaje han conseguido.
El italiano fue sancionado dos años en 2007 por su vinculación en el escándalo de dopaje Operación Puerto, el último en una serie de casos que han azotado al deporte.
En su momento, Basso negó haberse dopado pero admitió haber tenido la intención de hacerlo, sabiendo que recibiría una suspensión.
Su discreto regreso al Giro el año pasado tal vez dejó a sus rivales una equivocada sensación de seguridad, y este año el italiano aprovechó sus oportunidades en el momento justo, tras haber superado una caída y haber atravesado el mal clima que afectó a un desordenado Giro 2010.
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