España recibe una cura de humildad

ESPAÑA RECIBE UNA CURA DE HUMILDAD


Suiza da un duro golpe a la selección española, que cae con justicia en su estreno mundialista.



¿Y ahora qué? Ver a Iker en el círculo central cuando aún no ha finalizado el partido no es una buena señal. Transmite desesperación ir todos al ataque, pero realidad no hay más que una, guste o no, y no es otra que la Roja ocupa el último lugar en la clasificación tras perder contra Suiza. Es un golpe duro, muy duro diría con voz sobria de advertencia, pero tampoco es definitivo y hay que agarrarse a ello. En ese momento todos nos quedamos blancos, pero ahora no hay que tirar por la ventana todo el trabajo bien hecho de los últimos meses. Hacía tiempo que no veía a España en apuros, nadie contaba con este plan. La victoria suiza sólo la contemplaban las casas de apuestas porque no había más remedio, pero este camino es muy largo y sólo ha dado su primer paso. Es una gran advertencia para el futuro. En Suiza saltó la banca.

En la vida hay mensajes que no caducan y en un momento como éste recuerdo uno que recibí hace mucho: «para conseguir un objetivo te vas a dar muchos golpes, en los malos momentos no debes perder la paciencia y sigue creyendo hasta conseguir lo que quieras. Así serás más fuerte». Para ganar la Eurocopa se vieron en el precipicio en la fase de clasificación y ahora pende de un hilo acceder a la siguiente fase. Ocasiones se crearon mil, pero cualquier descuido atrás te puede matar. La sangre que derramó Piqué en la acción que acabó con el gol de Fernandes salió como escupida por toda la Roja, el camino ahora es más difícil, va a ser muy duro y habrá que sudar mucho para atender esa cita con la historia. Sólo hay una luz al fondo, pero existe.

La Roja tiene mimbres, un patrón de juego que interpretado a la perfección les ha llevado al éxito y hambre por hacer historia, y no negativa precisamente. Convertir la dura derrota en una mera anécdota está en sus manos, sólo hay que ganar los dos próximos partidos, pero el fútbol tiene estas contradicciones. Con el hilo musical de fondo que ponían las vuvuzelas, la Roja se metió en un túnel. Hay salida, pero tienen que encontrarla. Ante Suiza se interpretó el guión, pero cuando llegaba la zona de las chispas, de ser más rápido que tu rival mental o físicamente, te quedabas sin ideas.

Chirríaba ver cómo las mejores ocasiones las crearon al contragolpe, cuando este es un equipo formado y trabajado para destruir al rival con el manejo de la posesión del balón a una velocidad endiablada. Pero el único diablo fue Gelson Fernandes, que cuando consumó la proeza levantó sus dos brazos al cielo dándole las gracias a Dios. Ni la calidad de Iniesta, ni la velocidad de Navas, que entró por Silva, ni los desmarques de Torres, ni la potencia en el disparo desde la larga distancia de Xabi Alonso —su chut casi tumba la portería al golpear en el palo largo— ni la sutileza de Villa. Nada de nada. Por apuntar algo positivo diría que Del Bosque acertó plenamente en los dos primeros cambios, le dieron otro aire a la Roja aunque al final no sirvió para evitar la derrota, porque la imagen del partido no fue otra que la de Puyol y Piqué mirándose las caras preguntándose qué había pasado, con Casillas tocándose su cuidada barba sin saber qué hacer.

En los momentos extremos es cuando más hay que templar los nervios y no hay que caer en la precipitación. La derrota escuece mucho, pero si la semilla que convirtió a este equipo en un grupo campeón fue a base de críticas, ahora seguro que consiguen sacar el caparazón para volver a escribir otra página brillante. Hay que tener calma y seguir creyendo. Suena raro, pero un aviso a tiempo sirve para despertar tras caer hipnotizados con tanto elogio.

http://www.superdeporte.es/pi-mundial-2010/2010/06/17/espana-recibe-cura-humildad/97841.html