Máxima emoción en la final de la NBA, que se decidirá esta madrugada en el Staples Center entre Los Ángeles Lakers y Boston Celtics, en el séptimo y definitivo partido, entre las dos mayores dinastías del baloncesto estadounidense, y que podría suponer el segundo anillo de campeón consecutivo de Pau Gasol.
"Vivo el presente y eso para mí es lo fundamental", comentó el ala-pívot español. "He jugado ya otras finales, pero para mí este partido es ahora mismo el más importante de mi carrera. Lo asumo con todas las fuerzas y ganas posibles", agregó.
Bajo esta tesitura y a sabiendas que ambos equipos se han visto las caras en la gran Final en once ocasiones previas, con nueve victorias para los de Massachusetts, el espectáculo está servido.
Vivo el presente y eso para mí es lo fundamental
El partido de este jueves será la decimoséptima ocasión en la que la serie final se alargue hasta un séptimo encuentro y sólo la segunda vez desde 1994. Entonces los Houston Rockets se impusieron a los New York Knicks por 90-84, mientras que los San Antonio Spurs batieron a Detroit Pistons por 81-74 en 2005.
En esos 17 duelos, el equipo de casa posee un récord de 13-3 a su favor. Sin embargo, las cuatro veces anteriores en las que Los Ángeles y Boston han jugado un séptimo partido de una Final de la NBA, la victoria ha ido a parar a los Celtics. Ocurrió en 1962, 1966, 1969 y 1984.
Los 67 puntos anotados por el equipo de Doc Rivers en el sexto encuentro fueron la anotación más baja de la franquicia en la historia de las Finales. La peor marca la tienen los Utah Jazz, con 54 puntos en 1998, frente a los Chicago Bulls.
"Esto es lo que la NBA quiere y lo que quieren los aficionados. Lo que el mundo quiere", señala el pívot Glen Davis, uno de los teóricos titulares de Boston ante la lesión en los ligamentos de su compañero Kendrick Perkins.
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