El técnico está molesto con el bloqueo del club en el mercado de fichajes y la imposición del inglés Gerrard.
El Real Madrid aún no ha cerrado ningún fichaje y Mourinho empieza a impacientarse con la situación de estancamiento total en el Bernabéu, donde no sólo la puerta de entrada está cerrada, también la de salida: Jorge Valdano todavía no ha colocado a ningún descarte.
El técnico luso, una vez concluidas sus vacaciones, se ha metido en faena, pero su deseo de hacer limpieza choca con el inmovilismo del club en todos los aspectos, especialmente en el mercado de verano, donde no se concretan operaciones que parecían encarriladas.
Di María se perfilaba como primera novedad, pero el traspaso no se cierra y todo apunta a que seguirá dilatándose debido a su buen rendimiento con Argentina, motivo por el que su precio podría dispararse. Tampoco se desenroca la situación de Maicon, por el que el Inter exige 35 millones y se ha cerrado en banda a aceptar descartes como moneda de cambio. La llegada de Rafa Benítez al club italiano, por otra parte, es un handicap añadido para cocer la contratación.
Al mismo tiempo, surgen rumores sobre el supuesto enfado de Mourinho con el Madrid porque le estarían tratando de imponer a un jugador mediático y más económico como Gerrard para el centro del campo cuando en realidad el mediocentro que él quiere es el romanista De Rossi. Un estilo que Florentino ha implantado en sus dos etapas en la presidencia y que choca frontalmente con ´Mou´.
Por último, y en lo que al capítulo de transferibles se refiere, el Madrid no consigue dar con la tecla para desembarazarse de sueldos prohibitivos para el mercado.
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