Iker y el Guaje fueron los héroes de un partido dramático que permite hacer historia a la selección española.
Iker y Villa se buscan con la mirada, el Guaje no le encuentra porque el portero está protegido por una montaña de compañeros. A los pocos segundos llega la gran instantánea, los dos se funden y la emoción les desborda. Gracias a ellos la Roja ha podido hacer historia, por primera vez va a pelear por estar en la final de un Mundial. ¡Increíble! No sería justo destacar a uno de los dos, porque se necesitaron para alcanzar la gloria. ¡Gracias Iker! ¡Gracias Guaje! Las paradas de uno y el gol del otro. Son los más grandes y con ellos la selección española que se frota las manos antes de repetir la final de la Eurocopa… Alemania les espera, pero ahora toca disfrutar. Hacía tiempo que no se sufría tanto, pero así se saborea mejor el éxito.
No fue una historia fácil de entender. Primero, a Piqué se le va la mano y agarra a Cardozo dentro del área. ¡Penalti! El mundo se nos venía abajo… ¿Por qué? No había discusión, pero estamos en los cuartos de final y ahí Casillas ya demostró su poderío hace un par de años. Había que agarrarse a una luz de esperanza, no nos quedaba otra. Aguantar pegado a la silla era imposible. Decido levantarme y Casillas se agranda para minimizar la portería. ¡Vamos! ¡Qué subidón! Hacía falta un momento de sufrimiento extremo para quitarse las legañas que no permitían un juego lúcido. Mientras me vuelvo a sentar, veo cómo Alcaraz pelea la posición con Villa hasta que el Guaje cae. ¡Penalti! ¿Es verdad? ¿Seguro? Me pellizco los dedos para ver si era verdad lo que estaba viendo. Dos penaltis en dos minutos, Iker había parado el suyo y cuando Xabi Alonso engaña a Justo Villar veo cómo el árbitro pita. ¡No entiendo nada! Toca repetir porque Cesc entró al área antes de que le dejaran. Y otro penalti. Nunca en un Mundial se había visto una cosa así, porque ahora Xabi lo falla… y el árbitro dice que es el que vale. No había forma, pero esa sobredosis de adrenalina enchufó a la Roja. ¡Qué difícil es ganar un partido en un Mundial! La única pero a la vez gran diferencia es que nadie tiene a David Villa en su equipo, con él, el éxito está asegurado porque está tocado por una varita mágica y ya nos espera Alemania.
Sí, se preguntarán cómo ha ganado la Roja. Es una historia muy larga, pero vale la pena contarla porque permite a la Roja hacer historia en un Mundial. Si la particular tanda de penaltis tuvo su intríngulis, para describir el gol casi hay que recurrir a varios tomos de la enciclopedia. No había forma de que el dichoso Jabulani besara las mallas, parecía peleado con el gol. La historia, como suele ser habitual, la ideó Iniesta, que ve a Pedro correr sólo por su banda y le cede el balón. Su disparo lo atrae el palo, pero Villa lo pide antes que nadie y su disparo le da otra vez al palo… ¡Madre mía! Todo el mundo se llevaba las manos a la cabeza, el balón se pasea por la línea como si no quisiera entrar, da en el palo contrario… y entra. ¡Grande Guaje! Parecía la historia sin fin, pero ganó el que más lo mereció, porque la Roja también puede presumir de portero. Más allá del penalti decisivo que detuvo, tras el gol volvió a convertirse en un muro infranqueable para gozo de todos.
«No va a ser fácil, vamos a sufrir», decía un sms que recibí a los diez minutos de partido. A pesar de la carta de presentación que uno tenga, a la hora de la verdad todo puede ser bien diferente. Quizá sorprendió la presión tan adelantada de Paraguay, lo que dificultó la salida cómoda del balón desde atrás. No tuvo efecto la novedad táctica que introdujo Del Bosque, con Iniesta cayendo a la banda izquierda, permitiendo al Guaje y Fernando Torres mirar más hacia arriba, dejando todo el pasillo derecho para Sergio Ramos. Con las cartas marcadas es más difícil sorprender, Xavi levantaba la mano para coger el mando y todo el público se levantó de su asiento cuando un potente chut de volea tras recibir de espalda, estuvo muy cerca de sorprender a Justo Villar. Fue una acción aislada. Mal asunto.
¿De qué servía echarle un vistazo al partido entre Alemania y Argentina si no se habían hecho aún los deberes? Un Mundial es distinto, no se prima la regularidad sino el saber estar en todas tus comparecencias y ahí las fuerzas se igualan. Para la Roja acceder a las semifinales era una obligación, para Paraguay ya era una fiesta estar aquí. Y eso se notaba. Se precipitaban cuando veían de cerca a Casillas, pero al menos le reconocían, todo lo contrario que Fernando Torres con Justo Villar. No está nada bien y para repetir la final de la Eurocopa en semifinales hacían falta sus goles. Y tras esa fase espesa llegó la locura de los penaltis, siempre la recordaremos con una sonrisa, sobre todo porque tras ella llegó la gloria con el gol de Villa que parecía que no quería entrar nunca. Cuando un objetivo cuesta tanto se disfruta más y eso es lo que hicieron todos al final, formando una piña con Iker y Villa, los dos héroes de la Roja en el Mundial.
-- Ficha técnica:
0 - Paraguay: Justo Villar; Verón, Alcaraz, Da Silva, Morel; Barreto (Vera, m.64), Riveros, Víctor Cáceres (Barrios, m.84), Santana; Valdez (Santa Cruz, m.72) y Cardozo.
1 - España: Iker Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol (Marchena, m.84), Capdevila, Busquets, Xabi Alonso (Pedro, m.75), Iniesta, Xavi, Villa y Fernando Torres (Cesc, m.56).
Gol: 0-1, M.83: Villa.
Árbitro: Carlos Batres (GUA). Amonestó a Piqué (m.58), Cáceres (m.59), Alcaraz (m.59), Busquets (m.63), Morel (m.71) y Santana (m.87)
Incidencias: Partido de cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio Ellis Park de Johannesburgo ante unos 55.000 espectadores. Antes de iniciarse el partido Justo Villar e Iker Casillas, capitanes de Paraguay y España, leyeron un manifiesto contra el racismo y la discriminación.
http://www.superdeporte.es/pi-mundial-2010/2010/07/04/locura-penaltis-gloria-villa/99272.html