Las autoridades húngaras aseguraron este domingo que prevén que se produzca un nuevo vertido tóxico, aunque menos grave, debido al desmoronamiento total de los muros de la balsa que el pasado lunes ya dejó escapar un millón de metros cúbicos de lodos contaminantes.
El Gobierno da prácticamente por seguro que los muros se desplomarán
Esta vez la estrategia es controlar la riada para tratar de evitar que una nueva fuga de lodos tóxicos tenga los mismos efectos catastróficos. Después de varias jornadas de incertidumbre, el Gobierno húngaro comenzó este domingo a plantear claramente la situación en torno a la balsa de acumulación de residuos tóxicos de Ajka, tras dar prácticamente por seguro que los muros se desplomarán.
"Lo que esperamos, de acuerdo con las estimaciones de los expertos, es que esos muros dañados van a desmoronarse", indicó hoy a la prensa Zoltán Illés, secretario de Estado de Medio Ambiente. Illés dijo que no es posible saber cuándo va a producirse ese desplome de los muros norte y oeste, en los que ya hay una fisura de 15 metros de ancho y numerosas grietas menores. "Meses o semanas", dijo Illés.
Antes de eso, se espera que este lunes esté concluido el dique de contención que se está levantando a marchas forzadas. Con 600 metros de largo, 25 de ancho y unos cinco de altura, el muro estará compuesto de 40.000 toneladas de rocas y tierra, y se espera que sea suficiente para contener y desviar una segunda riada de lodos hacia tierras ya contaminadas.
Se espera que el lunes esté concluido el dique de contención
Desde el Gobierno se insiste en que esta obra es sólo una medida de precaución ya que, en palabras de Illés, "no llegaría a ser alcanzado por una hipotética segunda ola (de lodos), que se movería más lentamente porque estaría más seca".
El responsable de Medio Ambiente se refirió así al hecho de que los 2,5 millones de lodos tóxicos que quedan en la balsa dañada son mucho más densos, al haber perdido la mayoría de la superficie líquida que cubría el fango tóxico y que es lo que se vertió el lunes. "La gente no corre ningún peligro en absoluto", aseguró Illés.
Segundo gran peligro
El responsable de Medio Ambiente no pudo evitar reconocer su "temor" ante el segundo gran peligro que existe: la rotura de una segunda balsa, ubicada junto a la dañada.
Existe inestabilidad en una balsa con 50 millones de metros cúbicos de líquidos
Las autoridades consideran que existe el riesgo de que el colapso de la balsa número diez comprometa la estabilidad de la número nueve, en cuyo interior se almacenan 50 millones de metros cúbicos de líquidos y residuos generados en la fabricación de aluminio. Para reducir este riesgo, las autoridades están bombeando agua desde la balsa nueve hacia otros depósitos, y buscan así reducir la presión sobre las paredes.
En cualquier caso, Illés se mostró confiado en que el muro de contención sería capaz incluso de proteger a Kolontár y Devecser, los dos pueblos más cercanos a la balsa y que ya sufrieron el embate del vertido el lunes. En Devecser, la Policía pidió a los vecinos el sábado que estuvieran listos para evacuar en caso de urgencia.
Responsabilidad del desastre
También el Gobierno insistió en cargar la responsabilidad del desastre a la empresa dueña de la balsa, la metalúrgica húngara MAL. "La empresa no construyó muros adicionales, no desarrollaron sus actividades correctamente y no cumplió las normas y regulaciones", acusó Illés.
No asumo ninguna responsabilidad en absoluto
El secretario de Estado reconoció que su departamento no tiene ni las competencias ni el equipo para realizar inspecciones e indicó que son las autoridades locales las encargadas de esos controles. "No asumo ninguna responsabilidad en absoluto", explicó.
La ONG WWF-Adena ha denunciado que unas fotos tomadas en junio revelan que ya entonces había filtraciones en la balsa. Desde la oposición socialista se ha pedido ya la dimisión de Illés al considerar que con su gestión de la crisis no ha hecho más que generar pánico entre la población.
MAL pide perdón
La metalúrgica húngara MAL, dueña de la planta de aluminio en que se originó el vertido de lodo tóxico, ofreció este domingo sus condolencias a las víctimas y prometió aliviar los daños.
Haremos esfuerzos máximos para aliviar los daños
En un comunicado enviado a la agencia húngara MTI, la empresa se mostró de acuerdo con el gobierno en que todos los implicados en la tragedia deben pagar indemnizaciones por los daños causados en la medida de su responsabilidad.
En un primer momento, MAL aseguró que el lodo vertido no era dañino para la salud. La dirección de la empresa, tanto como sus trabajadores, "expresan ahora sus penas" a todos los afectados y familiares de la catástrofe y harán "esfuerzos máximos para aliviar los daños", asegura el documento.
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