La cultura es una parte esencial de los seres humanos. La cultura al cuerpo y a la salud proporciona a las personas multitud de herramientas que evitan y combaten muchas enfermedades. No obstante, rrecuerda Consumer/Eroski, algunas costumbres pueden resultar perjudiciales. En contra de los pensamientos más comunes, algunas creencias populares tienen efectos secundarios para la salud.
Cuidado con el exceso de higiene
La higiene corporal excesiva también tiene cierto riesgo. El hábito de ducharse está tan enraizado en la rutina diaria que pocas veces se discute su idoneidad. La piel tiene un pH neutro, ligeramente ácido, que le permite frenar la entrada de microorganismos al interior del cuerpo. Un exceso de higiene modifica este pH y debilita esta primera línea de defensa natural.
Dieta vegetariana pero pobre
Hay estilos de dieta que creemos sanos y pueden no ser demasiado equilibrados. Es el caso de algunos tipos de dietas vegetarianas estrictas que, en ciertas etapas de la vida, pueden derivar en un déficit proteico. Como empeñarse en no cocinar, cuando cocinar facilita la digestión de los alimentos y elimina muchos microorganismos.
El riesgo de lo crudo
Sin embargo, también es cultural el hecho de optar por los alimentos crudos. Muestra de ello es el sushi japonés o los carpaccios italianos y las ostras. Al consumir estos preparados hay que extremar la vigilancia, ya que aumenta el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria.
Artificios y alergias
Cada vez se come más comida preparada, con conservantes y colorantes. Cada día se utilizan más productos químicos y se unta la piel con más cremas, perfumes y cosméticos. El organismo reacciona ante este bombardeo de sustancias artificiales. Se ha detectado que el número de personas alérgicas crece de forma preocupante en los países desarrollados y cada vez son más las personas que sufren una nueva enfermedad conocida como el síndrome de la intolerancia química múltiple.
La obsesión por la imagen: el culto al cuerpo
Trastornos como la anorexia y la bulimia, asociados a la obsesión por seguir las líneas de belleza actual, son capaces de manipular la percepción de la realidad hasta el punto de poner la vida en peligro. Hay otros efectos perniciosos de seguir la moda de manera estricta, como los casos de esterilidad provocados por el uso de ropa interior masculina demasiado apretada.
Lo mismo ocurre con el deseo de lucir una piel bronceada sin tener en cuenta, además del envejecimiento prematuro de la piel, los riesgos de mayor incidencia de melanoma (el cáncer de piel más agresivo) y otras neoplasias cutáneas, cuyos casos han aumentado: cada año en nuestro país se diagnostican unos 3.200 melanomas (un 45% más que en 2004) y se calcula que en 2014 la cifra aumentará a 6.000 y causará cerca de 720 fallecimientos.
Obesidad en la sociedad de consumo
Pero también la obesidad es una epidemia del siglo XXI y el problema de salud pública número uno al que se le asocian muchas enfermedades. En España el 14% de los niños son obesos y el 12% tienen sobrepeso.
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