La Champions suele castigar la condescendencia y el Barça se llevó su ración de forma merecida de Londres ante un buen Arsenal, en el encuentro de ida de octavos de final que acabó con triunfo para los 'gunners' tras la remontada de Van Persie y Arshavin al tanto inicial de Villa (2-1). Se relajaron, se sintieron superiores y todo se fue de las manos. Reflexión y reacción, tiempo hay hasta el 8 de marzo.
Y lo cierto es que se podía perder en este estadio y ante semejante equipo, toque y verticalidad en estado puro. Pero lo visto este miércoles debe preocupar porque, pese a sufrir en el arranque de la primera mitad con dos llegadas traicioneras de Van Persie, el equipo de Guardiola fue superior.
Cesc Fábregas trabajó mucho junto a Wilshere
Cierto es que el dominio no fue aplastante, gracias al trabajo de Cesc Fábregas y de su 'gemelo' futbolístico Wilshere, pero Messi no tardó más de quince minutos en avisar en un mano a mano con vaselina incluida a Szczesny y en crear los primeros espacios ante una sólida defensa inglesa.
Busquets y Xavi se hicieron con su parcela y la presión del Arsenal se diluía ante la rapidez y las paredes culés. Apareció entonces Villa, rondando la media hora, para recibir un gran pase al hueco de Messi (se quedó colgado Clichy rompiendo el fuera de juego) y batir por debajo de las piernas al meta polaco.
De ahí al descanso, el Barça desplegó su fútbol con un ritmo más pausado, pidió gol en un remate de Messi anulado por fuera de juego y el Arsenal se hizo demasiado pequeño, esperando a la contra un error fatal que pudiera equilibrar la eliminatoria y que tenía en Van Persie a su único referente.
Guardiola quiso asegurar el empate
Sin sentencia, el Arsenal se sintió vivo y trató de volver a pelear como al inicio del choque con tres arreones seguidos de Van Persie en carrera, intentando buscar la ausencia de Puyol en el centro de la defensa. Eso sí, Abidal le suplió con nota.
Pasaban los minutos, Piqué veía la amarilla (no jugará la vuelta) y el Barça daba síntomas de debilidad. La superioridad psicológica parecía empezar a fatigar al equipo azulgrana, con Messi desperdiciando jugadas y pecando de egoísmo en dos ocasiones (ahí perdió el partido), y Guardiola trató de poner remedio a la defensiva, quitando a Villa por Keita. Fallo grave, pues le dio la pista a Wenger (sacó a Arshavin).
Wenger reaccionó y fue al ataque y Messi perdonó dos goles
Volvieron a la carga los de Wenger y, en la enésima jugada larga sobre Van Persie en el 77, falló Valdés. Su disparo potente con la izquierda al primer palo, casi sin ángulo, no encontró oposición del meta catalán. Podía pasar, cierto, pero no de forma tan evidente.
Entonces llegaron las prisas y los arrepentimientos. El Emirates coreaba y empujaba a los suyos, que querían castigo y principio de sueño. Fueron seis minutos fatídicos que volaron y que acabaron con el tanto del ruso recién incorporado a pase de Nasri desde la banda. Al primer toque, quirúrgico y con toda la defensa mirando. Parecía mentira, sí, pero podía pasar, porque esto es la Champions y el Arsenal también juega.
Ficha técnica:
2. Arsenal: Szczesny; Eboué, Djourou, Koscielny, Clichy; Song (Arshavin, min.69), Wilshere; Walcott (Bendtner, min.77), Cesc Fàbregas, Nasri; y Van Persie
1. Barcelona: Valdés; Dani Alves, Piqué, Abidal, Maxwell; Sergio Busquets, Xavi, Iniesta (Adriano, min.89); Pedro, Villa (Keita, min.68) y Messi.
Goles: 0-1, min.26: Villa. 1-1, min.77: Van Persie. 2-1, min.83: Arshavin.
Árbitro: Nicola Rizzoli, de Italia. Mostró cartulina amarilla a Song (min.7), Nasri (min.28), Iniesta (min.28), Piqué (min.58) y Van Persie (min.86).
Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el Emirates Stadium de Londres, ante 60.000 espectadores, que llenaron el estadio. 3.000 aficionados del Barça acompañaron a su equipo.
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