Tokio - El vertido de toneladas de litros agua en los reactores afectados de la central de Fukushima ha conseguido rebajar ligeramente los niveles de radiactividad.
Los responsables de la Tokyo Electric Power (Tepco), la compañía que opera la central, confirmaron en rueda de prensa que la radiación ha descendido cerca de 20 puntos, hasta los 292 microsieverts, informa la televisión japonesa NHK.
Helicópteros militares y camiones con mangueras continuaban arrojando miles de litros sobre la central atómica para reestablecer el nivel de agua en los tanques de enfriamiento en los que se almacenan las barras de combustible usadas, que representan el mayor riesgo para que se produzca una fuga de radiación masiva a la atmósfera.
Tepco ha asegurado que su prioridad es el tanque del reactor número 3, sobre el que fueron arrojados desde helicópteros alrededor de 30 toneladas de agua. Las aeronaves lanzaron 7,500 litros de líquido en cada uno de sus cuatro vuelos.
El reactor 3 es el más peligroso porque contiene plutonio en lugar de uranio. El plutonio es un isótopo muy peligroso, ya que puede causar cáncer aunque sea ingerido en cantidades muy pequeñas.
Conectan cable
A este datos se suman otras noticias para el optimismo. Los ingenieros japoneses han logrado conectar un cable eléctrico externo al reactor 2 de la central, pero aún no han devuelto el flujo de energía a la planta, según ha informado el Organismo Internacional de la Energía Atómica.
Los responsables de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) añadieron que se pretende “volver a conectar la energía a la unidad 2, una vez que el rociado de agua sobre el edificio del reactor de la unidad 3 se haya completado”.
La vuelta de la electricidad, ahora más viable tras esta operación, sería un paso positivo para poder arrancar las bombas del sistema de refrigeración del complejo que se averió tras el terremoto y posterior tsunami del viernes pasado.
“Serias complicaciones”
El Gobierno japonés lucha contra reloj para evitar una fusión de los núcleos de los reactores en la central de Fukushima. Las últimas informaciones difundidas por la Agencia de Energía Atómica japonesa dicen que el reactor 4 sigue en “serias complicaciones”. Mientras, el OIEA ha asegurado que la situación en los reactores dañados continúa siendo “muy seria” aunque no ha empeorado.
El OIEA ha difundido un balance que cifra en 23 los heridos por las diversas explosiones de los reactores. Hay además una veintena de afectados por distintos grados de radiación; entre ellos, bomberos y policías.
El cuadro parece preocupante para la salud de los ya conocidos como “los valientes de Fukushima”. La subida de los niveles de radiactividad ya provocó el miércoles una evacuación durante unas horas de los trabajadores que quedaban en la central.
Mientras tanto, Japón continúa con el recuento de víctimas. Con cada nuevo balance, los pronósticos se confirman y aumenta el número de víctimas.
Las últimas cifras oficiales ofrecidas estiman que hay 5,692 muertos y unos 9,500 desaparecidos.
Sin embargo, las autoridades temen que el número de fallecidos siga subiendo y llegue a 10,000, ya que en las últimas horas se han encontrado varios cuerpos en puntos de la costa nororiental, y que las cifras de desaparecidos y rescatados se vayan multiplicando con el paso de los días.
El elevado número de fallecidos ha complicado la identificación de los cuerpos, por lo que las academias policiales han comenzado a instruir a los agentes locales para que se ocupen de estas tareas, mientras que grupos de voluntarios han asumido la labor de informar a las familias.
Entretanto, unas 530,000 personas se agolpan en los campamentos provisionales, la mayoría de ellas en las prefecturas de Miyagi (en la que no se localiza a la mayoría de los ciudadanos de un pueblo de unos 10,000 habitantes), Iwate y Fukushima (noreste), las más afectadas por el terremoto. Sus dirigentes han adelantado las gestiones para construir 32,800 viviendas temporales.