Alberto Contador, salvo sorpresa máxima, dijo adiós a su aspiración de conseguir el que sería su cuarto Tour de Francia. El de Pinto volvió a resentirse de sus problemas de rodilla y perdió tiempo con todos sus rivales, especialmente con Andy Schleck, que fue el más listo del día ganando una etapa que le sitúa segundo en la general (con 4:29 de ventaja sobre el español) por detrás de un Thomas Voeckler que se resiste a dejar el amarillo.
No pudo ser. La etapa reina de la ronda gala lanzó un órdago al rey, y éste tuvo que claudicar. Contador sufrió como nunca en un durísimo día donde todos sus rivales, encabezados por un sensacional Andy Schleck, le dejaron fuera de rueda y, por tanto, de competición. Los dos días previos a esta enorme etapa con final en Galibier permitieron soñar con la remontada, pero finalmente terminó por despedirse de esta edición un vigente campeón que lo intentó por todos los medios.
Andy lanzó un ataque demoledor de los de antes, a falta de muchos kilómetros para meta y aprovechando la ayuda de compañeros escapados
Y uno de los grandes culpables de ello fue Andy. El luxemburgués, al que algunos daban por 'muerto' tras la etapa de ayer, resurgió como el ave Fénix para acallar muchas bocas y situarse en una gran posición para optar al que sería el primer Tour de su carrera. Pero no lo tendrá nada fácil. La amenaza de Evans es grande, y más teniendo en cuenta la crono del sábado en Grenoble.
Y es que hoy era uno de los días más decisivos para hacernos una idea de cómo podría quedar confeccionado el podio de París. Con una numerosa escapada del día, donde no había nadie al que temer para la general, la jornada comenzó con la ascensión al primer obstáculo, el Agnel. En este puerto de categoría especial, los favoritos marchaban tranquilos, conscientes de que lo duro llegaría más tarde.
Tras su descenso, llegaba la hora de la primera gran selección, que se pordujo ya en las primeras rampas del Izoard, segundo 'pedrusco' del día y donde se produjo lo que a la postre sería el desenlace final. Andy Schleck, a falta de 60 kilómetros para la meta, lanzaba un ataque demoledor que no fue seguido por nadie. Fue un latigazo que nos recordó a los que se daban hace unos años. A falta de mucho para la llegada y sin mirar atrás. Una emboscada en toda regla.
Contador y Evans, que quizás debió salir a por él, le dejaron hacer y el del Leopard se vino arriba. Poco después, Iglinski lograba coronar el puerto y lanzarse en el descenso. La ventaja de Andy iba en aumento y el de Luxemburgo cruzó la meta del puerto con una ventaja con respecto a los favoritos de más de 2 minutos. Éstos, tal vez, pensaron que quizás en la bajada podrían recortarle, pero el pequeño de los Schleck se aprovechó de la ayuda de su compañero Monfort, que marchaba rezagado, para lograr ampliar la ventaja llegando incluso a convertirse en líder virtual de la carrera.
Por detrás parecía no haber mucho entendimiento a la hora de tirar y las diferencias iban en aumento. Andy conectaba con Iglinski, con quien formaba una nueva cabeza de carrera junto a Roche, Monfort, Silin y Devenyns. Todavían restaban muchos kilómetros y todo un puerto como el Galibier por delante, pero no hubo sorpresas. En las primeras rampas de la subida, Contador decidió tirar del carro para intentar reducir un tiempo que se acercaba ya a los 4 minutos.
Pero, sorprendentemente, poco después, el de del Saxo Bank se descolgaba clamorosamente de la cabeza del pelotón, lo que hacía pensar que sus piernas no estaban a tope. Evans, Basso o Voeckler se quedaron totalmente bloqueados y se produjeron momentos de verdadera incertidumbre que no hacían otra cosa más que beneficiar a Andy.
En el Alpe d'Huez se verá todo más claro y la incógnita es si Andy o Evans puede acusar el esfuerzo de hoy
Evans, que debía ser el más interesado en darle caza, lanzó un tímido ataque que no descolgó a nadie y por delante, Andy se deshacía de sus compañeros para marcharse en solitario. Las diferencias se mantenían cercanas a los 3 minutos y medio y el australiano decidió, por fin, ponerse manos a la obra y empezó a tirar con fuerza del grupo de favoritos, donde Samuel Sánchez, que sufrió mucho, quedaba descolgado.
Voeckler, que en principio partía como serio candidato a perder el amarillo, aguantó bien junto a su compañero Rolland, y se puso a rueda de Evans, que les subió más de medio puerto en una gran demostración de fuerza, pero que sin embargo no conseguía dar sus frutos. Y, a falta de 2 kilómetros para el final, se produjo la mala noticia para el ciclismo español. Alberto Contador quedaba cortado ante la impotencia de todos los seguidores del pinteño, que no están acostumbrados a verle sufrir tanto.
Al español le vino una tremenda pájara que le dejó totalmente hundido, mientras Evans seguía a lo suyo. Para entonces, Andy cruzaba la línea de meta confirmando que está muy vivo y después de una verdadera exhibición de cómo se debe atacar desde lejos. Metió corredores en la escapada y supo aguantar el ritmo para dar un golpe en la mesa, que demostraba que en este Tour va a por todas y que su preparación para ganar su primera Grande no ha sido en vano.
Para el resto, los metros finales sirvieron para ver a Frank Schleck atacando para arañar tiempo y con un pedaleo fresco, propio del que no ha tuvo por qué tirar en ningún momento de la subida. Después llegaba Evans, que sigue siendo muy favorito para llevarse la victoria final en este Tour. Voeckler hacía lo propio y consevaba un maillot amarillo con el que ni él mismo hubiera soñado a estas alturas de la carrera.
Y, a 3:50 de Andy, lo hacía Contador, totalmente hundido en un día donde no tuvo las piernas necesarias. La 'Grande Boucle' llega a su tramo final y mañana viernes tendremos nuevo plato fuerte con el final en el Alpe d'Huez. Allí quedará todo más claro y se verá si Evans o Andy pagarán o no el esfuerzo de hoy. Lo que está bastante claro es que no será un español el que suba a lo más alto de París, algo a lo que ya estábamos acostumbrados. El rey ha caído y Francia busca nueva corona...
http://www.marca.com/2011/07/21/ciclismo/tour_francia/1311263305.html