Los dos motivos más frecuentes de consulta en atención primaria. De hecho, por repetido, se ha dado en llamar "fiebrefobia" al miedo de los padres a la fiebre. Los pediatras abogan por la educación sanitaria como punto clave para combatirla.
Hay que tratar las molestias, no la fiebre en sí misma
De estar informados, tal vez los padres no se alarmarían gratuitamente. La fiebre es una respuesta del organismo para hacer frente a las infecciones y la tos sirve para eliminar secreciones.
Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), muchas veces el miedo de los padres a la fiebre surge por desconocimiento y por la creencia de que esta puede ser perjudicial y provocar convulsiones, cuando estas solo representan cuatro de cada cien casos.
Cuidado con abusar de los fármacos
Los pediatras consideran que los antitérmicos, prescritos frecuentemente, no son tan eficaces como se cree y pueden suponer un gasto energético injustificado en niños pequeños.
Para combatir la tos el niño debe estar bien hidratado
Por ello, los pediatras aconsejan hablar a las familias de la necesidad eventual de analgésicos, y no de antipiréticos o antitérmicos. Es decir, hay que tratar el dolor o las molestias que causan la fiebre, y no la fiebre en sí misma.
En cuanto a la tos, advierten de que no se conoce la eficacia de los fármacos disponibles, pero sí algunos efectos adversos, como las arritmias o los trastornos cardiovasculares.
Por ello, los pediatras aconsejan que el niño con tos por procesos catarrales esté perfectamente hidratado, que se favorezca la humidificación del ambiente y que se eviten espacios con humo.
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