Un jubilado ruso de 65 años quiere irse al más allá con sus revistas pornográficas, y ha diseñado un ataúd para ello. Vladimir Villisov se dio cuenta, después de que le diera un infarto, de que no quería separarse de su bien más preciado, sus revistas porno. Las modelos que aparecen en ellas, según él dice, "han sido sus compañeras durante años y quiero que sigan siéndolo en la próxima vida". El hombre duerme de vez en cuando en el ataúd, que está forrado en satén rojo, y se pone admirar a sus chicas