Un difunto en camino hacia el reposo eterno terminó en un depósito para automóviles mal aparcados, cuando el vehículo funerario que lo transportaba a un aeropuerto de Nueva York fue llevado por un remolque por estar mal estacionado, informó este viernes el periódico New York Daily News.
Paul DeNigris, director de la empresa de pompas fúnebres Redden, relató al diario que se sintió en shock cuando no encontró el vehículo, tras salir de su oficina, donde se había detenido para solucionar un tema urgente.
Un pequeño cartel en el cristal trasero del vehículo gris metalizado indicaba "director de pompas fúnebres en servicio", pero los oficiales del tráfico no vieron ni la mención ni el ataúd en el interior y se llevaron el automóvil.
DeNigris se precipitó hasta el depósito donde, dadas las circunstancias, se le exhimió de pagar los 185 dólares que cuesta liberar el vehículo. Y planea apelar la multa de 115 dólares.
Finalmente, el ataúd logró ser embarcado a tiempo hacia Miami (Florida, sur), donde el difunto debía ser incinerado.