Chelsea Taylor, una joven británica de 16 años, fue despedida de su trabajo en una cafetería de Manchester después de perder un billete de diez libras (unos 11 euros) en un pedido.
Lo curioso del caso, fue la forma en que se lo comunicaron: Chelsea entró en su perfil de Facebook y encontró un mensaje público de la encargada del establecimiento, Elaine Sutton, que le comunicaba de manera amistosa la decisión tomada por el dueño del Lancashire Tea Room.
En el texto, lleno de faltas de ortografía, Sutton se disculpaba por "enviar un mensaje como éste" pero señalaba que había intentado sin éxito contactar con ella vía telefónica.
"No está en mis manos", lamentaba la encargada, que le pedía que devolviera el uniforme y señalaba al dueño de la cafetería como responsable del despido.
No es la primera vez que ocurre un hecho de estas características en el Reino Unido. Hace algo más de un año, Kimberley Swann, que entonces tenía 16 años, fue despedida de su empleo después de un solo día de trabajo, tras publicar en Facebook que su trabajo era "aburrido".