En las encuestas decimos que el sexo tiene mucha importancia en nuestras vidas, pero la mayoría no lo practica tanto como le gustaría porque la vida que llevamos no favorece nada este menester.
Según los sexólogos, de todas las actividades que el ser humano puede realizar, una de las que mayor sensación de bienestar produce en el mismo momento de su realización es el acto sexual.
Y que la actividad sexual, sola o en compañía, se desarrolla como un mecanismo de recompensa que utilizamos los humanos para sentirnos bien con nosotros mismos, según Francisca Molero, directora del Instituto de Sexología de Barcelona.
Además si se le añade el plano emotivo y sentimental que también entra en juego, ya no es simplemente una satisfacción física, sino que también lo es emocional.
Lo tiene todo en el papel, pero poco en la práctica. Porque para cobrar la recompensa al final del día, que es cuando la mayoría se plantearía hacerlo, por una simple cuestión de orden de vida, el estrés ha matado la pasión. Y cuando no es el estrés es el trabajo o su falta, el jefe, la hipoteca o la crisis. Y así no hay manera de obtener nuestro premio. Con el gustito que da.