Llega el verano y con él las altas temperaturas. Que el sistema de climatización de nuestro automóvil esté en perfectas condiciones redundará en nuestra seguridad y, por supuesto, en nuestro bolsillo. Y es que es aconsejable realizar una revisión de este sistema al menos una vez al año.
En este sentido, Hella, proveedor de productor para la industria del automóvil, se encuentra actualmente inmerso en la campaña de Temporada Clima, que busca recordar que una temperatura excesiva en el habitáculo aumenta el riesgo de que se produzca un accidente, ya que el calor provoca que los conductores se fatiguen más rápidamente. Además, un mal funcionamiento del sistema de control de clima puede provocar problemas como el empañamiento de los cristales, la penetración de olores molestos o un filtrado del aire ineficaz, lo que aumenta las posibilidades de reacciones alérgicas a partículas que no han sido eliminadas.
Esta situación disminuye el estado de alerta y la concentración del conductor, lo que supone un aumento en los tiempos de reacción y, por tanto, aumenta sensiblemente las probabilidades de tener un accidente.
De hecho, esta revisión periódico no sólo contribuirá a nuestra seguridad sino que también influirá en nuestro bolsillo. Se reducirán los costes de de mantenimiento y reparación a medio y largo plazo, ya que se minimizan las posibilidades de sufrir averías graves y supone una garantía de un correcto funcionamiento del sistema durante todo el año.
Igualmente, un sistema de aire acondicionado optimizará mucho mejor el consumo de energía y, por tanto, no provocará un aumento de combustible del motor mayor de lo necesario para funcionar correctamente. En cambio, un sistema en mal estado aumentará el consumo de ya que necesitará funcionar a máxima potencia (restando fuerza al motor) para reducir la temperatura del habitáculo.
En este sentido, entre las recomendaciones hay que destacar el asegurarse de que el sistema esté en perfectas condiciones, lo que se garantiza con una revisión que implique un diagnóstico (visual) al menos una vez cada 18 meses. Igualmente se aconseja un adecuado cuidado, limpieza y sustitución de diversos elementos como el circuito de entrada de aire fresco, los conductos, el evaporador y los filtros, que deben cambiarse cada año o cada 15.000 kilómetros. Por último, se destaca que con un máximo de cuatro años se debe realizar un tratamiento antibacterias, un proceso de detección de fugas, la sustitución de la botella de filtro deshidratante y una carga de líquido refrigerante, una operación que también debe realizarse en caso de que se detecten fugas o de que el sistema pierda eficacia en el enfriado del aire.