Doble misión para Nadal, que recobrará el liderato mundial si reconquista París
Soderling, pesadilla de los campeones, ganó a Federer en el decimotercero intento
Redacción - 02/06/2010 03:00
Hace doce meses Rafa Nadal abandonaba desolado Roland Garros. 31 de mayo de 2009, el nº1 mundial y campeón cuatro ediciones consecutivas, entra en crisis. Sus rodillas, por la tendinitis, dirán basta durante dos meses tras perder ante el sueco Robin Soderling. El público francés jalea al escandinavo por abrir el camino de Roger Federer a la victoria en el único Grand Slam que le faltaba.
Sólo un año después, la fecha del 1 de junio de 2010 también permanecerá en la memoria de este deporte, y especialmente del 'matagigantes' Robin Soderling, que repitió la operación, se cargó de nuevo al nº1 y defensor de la corona, sólo que una ronda antes (en cuartos y no en octavos) y frente a diferente protagonista.
El mundo al revés gracias a este 'perro verde', uno de los tipos má extraños del circuito pero un excelente tenista capaz de desbordar a quien sea en un día de inspiración. Esta vez cazó a Federer, vengando la derrota de la final de la temporada anterior, y abrió la opción de que Rafa Nadal recobre el liderato en la clasificación. Las cuentas son claras: el manacorí reinará en el ranking si reconquista París con un quinto título.
"Mejor no se puede hacer. No está nada mal", bromeó Soderling en la pista. Frío como el hielo, tampoco desbordó alegría "porque quedan más partidos por delante". Consolidado en el 'top ten' (7º ATP), el finalista del Godó ya no se conforma con triunfos parciales.
A Roger Federer le dolió, no atendió a la televisión francesa a la conclusión del 'match'. Y tardó siglos, casi tres horas, en hacer su aparición en la conferencia de prensa. No se lo esperaba porque había batido a Soderling, entregando un único set, en los doce compromisos oficiales anteriores y había estado en las semifinales de las últimos 23 citas del Grand Slam disputadas. Hacia seis años que no vivía un resultado similar, cuando cedió ante Gustavo Kuerten en la tercera ronda de Roland Garros 2004. Además, de haber vencido en cuartos, hubiese atado el nº1, y el lunes habría igualado las 286 semanas de Pete Sampras.
La excusa de la lluvia
El festival corrió a cargo de un Soderling enorme. No se inmutó por la pérdida de la manga inicial, al contrario empezó a pegar más fuerte y a crear ángulos imposibles. Con 5-5 y 30-15 en el tercer set, la lluvia se hizo demasiado intensa para continuar en pista. El parón duró una hora. A la vuelta Federer entregó su servicio pese a estar 40-15, y le costó ese set. Reaccionó en la cuarta manga, 2-0, pero al sueco le entraba todo y dio la vuelta al tanteador. Un resto de derecha a la red condenó al suizo, que sí contó con el apoyo del aficionado local, tan rácano con Nadal.
Soderling había sido héroe, pero ayer conoció el papel de villano. Fue abucheado cuando comprobaba la marca de una pelota dudosa. "No me importó. Yo juego para mí, no para el público".
Federer, sin demasiadas ganas de razonar públicamente el KO, se parapetó en las "duras condiciones" de juego por la lluvia y el viento. Recordó sus derrotas, en situaciones similares, frente a Gulbis en Roma y contra Montañés en Estoril. Obvió mentar la sufrida ante Nadal en Madrid. "Me duele más no defender el título que poder perder el número uno", sentenció
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