"Puedes gastar todo lo que quieras en abogados que no te va a servir de nada". Éstas fueron las últimas palabras que Mari Carmen Peña cruzó con el grupo de personas que han okupado su vivienda del paseo de las Delicias (Madrid). Ocurrió hace dos meses en el descansillo de la escalera. Una mujer con acento latinoamericano le gritó detrás de la puerta que no volviera. "No seas tan pesada y déjanos tranquilos, bruja", recuerda que le dijeron. Mari Carmen volvió a llamar a la Policía y, entre lágrimas, abandonó una vez más el edificio en donde está el piso que compró con mucho esfuerzo cuando era tan sólo una jovencita.
No seas tan pesada y déjanos tranquilos, bruja
Pero la pesadilla comenzó a principios de abril. Un día, un vecino le preguntó si había alquilado su casa porque llevaba meses viendo luz. Ella bromeó y le dijo que no era posible porque estaba dada de baja. Más tarde la llamó para avisarla de que había visto gente en el piso. "Fui y vi que habían roto la cerradura y que le habían puesto un candado a la puerta. Llamé a la Policía y me dijeron que pusiera una denuncia porque sólo un juez podía ordenar el desalojo. Además, me explicaron que ni se me ocurriera entrar a la casa porque sería allanamiento de morada y eso complicaría las cosas", recuerda.
Los okupas utilizaron una de las cartas del buzón de la vivienda para conseguir los datos personales de la dueña (nombre, apellidos, DNI...) y poder darse de alta de la luz y el gas por teléfono. Mari Carmen consiguió dar de baja los servicios, pero desde las compañías le advirtieron de que ellos podían estar robando el gas y la luz por otro lado.
Mi abogado cree que pueden tardar en marcharse entre seis meses y un año, pero no me lo asegura
1.500 euros en abogados
Mari Carmen ya ha gastado más de 1.500 euros en abogados, ha puesto más de una decena de reclamaciones y nadie le ha dicho cuándo podrá recuperar su casa. "Mi abogado cree que pueden tardar en marcharse entre seis meses y un año, pero que no me lo asegura porque depende de la rapidez de los juzgado, no de él", cuenta.
Esta mujer tenía pensado volver a vivir en su vivienda del paseo de las Delicias porque las cosas no le van muy bien y necesita dinero."Casi he agotado el paro y no encuentro trabajo. Había pintado la casa para mudarme porque el piso donde vivo ahora es más fácil de alquilar. Es más bonito", cuenta desconsolada.
20 minutos intentó ponerse en contacto con los okupas de Mari Carmen, pero nadie contestó a las llamadas pese a que en el interior de la vivienda se escuchaban ruidos.
"Que pase lo que Dios quiera"
Mari Carmen confiesa estar harta de la situación. Asegura que la ley deja a los propietarios desprotegidos en este tipo de situaciones y que sólo defiende a la gente que entra en las casas. Por este motivo, dice que está pensando encadenarse a la puerta de su piso cuando ellos se vayan para que no puedan volver a entrar. "Que venga la Policía y que pase lo que Dios quiera", cuenta esta mujer que asegura estar pasando el peor momento de su vida.