La selección de Brasil se clasificó como primera del Grupo G del Mundial, por delante de la Portugal, que fue segunda, por lo que ambas disputarán los octavos de final, mientras que Costa de Marfil y Corea del Norte se despidieron del torneo.
El duelo más esperado de la primera fase, el que aglutinó más renombre en el terreno de juego, realzó el equilibrio entre dos candidatas, Brasil y Portugal, abocadas al empate para sellar su presencia en octavos de final sin necesidad de contemplar el otro duelo del grupo.
Ninguno salió reforzado del envite. Pasional en el arranque e intenso en el primer tramo, que decayó paulatinamente hasta ser presa del esfuerzo y del conformismo que advierte el resultado. Sin goles.
A pesar de tener amarrada la clasificación, no hubo relax para el cuadro de Dunga
Y eso que el arranque prometía. Quiso imponer su autoridad desde el principio el conjunto brasileño. A pesar de tener amarrada la clasificación, no hubo relax para el cuadro de Dunga, que sorprendió en su configuración inicial con la exclusión de Robinho del ataque titular.
Fue la única precaución adoptada por el técnico sudamericano. El único gesto al futuro que evidenció, al margen de las alteraciones forzadas por tarjeta o lesión. Ese fue el caso de Kaká, que cumplió con su partido de suspensión y su lugar correspondió a Julio Baptista, o el de Elano, que con un golpe en el tobillo derecho no jugó. Dani Alves figuró en su sitio.
Dunga, además, premió así a Nilmar. El delantero del Villarreal es uno de los más aplicados en las sesiones preparatorias y ha respondido en cada ocasión que su entrenador requirió. Como ante Cora del Norte.
Aún así, Brasil salió con todo. Amarró el peso del partido desde el inicio, cuando se volcó sobre un rival aún con el pase en el aire. Una posibilidad impensable, dada la diferencia de goles respecto a la amenaza, Costa de Marfil. Pero existente.
http://www.20minutos.es/noticia/748180/0/portugal/brasil/mundial/