La Roja aporta más juego y más experiencia el día en que hay en liza una plaza en las semifinales. El grupo está muy confiado.
A varios miles de kilómetros de Sudáfrica empieza a palparse la ilusión que se tiene por la Roja, el encuentro de esta noche ante Paraguay se va a vivir con mucha intensidad en las ciudades españolas porque no es uno más en su currículo. Hay en juego una plaza en las semifinales de un Mundial, un logro que nunca se ha conseguido desde que el balón empezó a rodar. Esa ilusión que tiene la gente, juntándose para ver a la Roja, han empezado a percibirla los internacionales a través de los mensajes de sus familiares y con ese contexto es inevitable volver a recordar los momentos mágicos que se vivieron en Austria. Aún quedan tres pasos por caminar, pero el de esta noche supondría un impulso mayúsculo para la gente, que vería al alcance de la mano la final. No sólo la notable mejoría que se aprecía cada día ha permitido creer a los aficionados, también el imprevisto que ha sufrido el guión, ya que para esta noche se esperaba repetir la dura eliminatoria de cuartos de final de la Eurocopa contra Italia, y la realidad ha puesto sobre el escenario a Paraguay, con menos experiencia y que a la vez no deben oponer tanta resistencia. También ayuda eso siempre que no se pierda la humildad, igual como la eliminación de Brasil antes de hora cuando el autobús se asomaba por Johanesburgo. Son muchos los alicientes para agarrarse con fuerza a la victoria, pero va a ser difícil.
Esta vez no se escapa la semifinal, históricamente figura un cuarto puesto en el Mundial de Brasil celebrado en 1950, pero esa escalón en el torneo se logró al quedar el último en una liguilla. No es lo mismo. La televisión ha dejado el blanco y negro para ofrecer las imágenes en alta definición, y no hay mejor espectáculo que ver que a los chicos de la Roja. Hay un matiz importante, hoy han preferido guardar su vestido de gala para más adelante y vestirán de azul, pero lo que no va a sufrir alteraciones son los actores. No es Vicente Del Bosque partidario de pulsar el botón de los cambios si una cosa funciona, por eso, al no haber ningún contratiempo físico, el seleccionador va a repetir la formación que noqueó con solvencia a Portugal a pesar del pírrico marcador. Cada vez se les nota más a gusto sobre el césped, más cómodos practicando un fútbol que enamora. La ilusión que tienen los internacionales suple cualquier carencia física, minimizada cuando convierten en rectángulo de juego en un rondo gigante, con el rival viéndolas venir hasta que levantan la bandera blanca en señal de rendición.
Marcar primero era sintomático de éxito, hasta que Holanda remontó a Brasil. Hasta ese instante nadie había sido capaz de ganar un partido si no enviaba primero el Jabulani a las mallas de tu rival, la historia ha cambiado. Pero la Roja es consciente que maximizar su juego una vez abre el cerrojazo rival, porque los internacionales ya se han vacunado para tener paciencia. Ha sido la tónica en este torneo, tanto temen a la Roja que sus rivales se juegan su destino a una carta. En un día sin suerte les puede salir bien, pero lo normal es que se imponga la justicia y ahí los actuales campeones de Europa tienen mucho ganado.
- Alineaciones probables:
PARAGUAY: Justo Villar; Claudio Morel, Antolín Alcaraz, Paulo Da Silva, Carlos Bonet; Cristian Riveros, Víctor Cáceres, Enrique Vera, Edgar Barreto o Roque Santa Cruz; Nelson Haedo Valdez y Lucas Barrios.
ESPAÑA: Casillas; Sergio Ramos, Piqué, Puyol, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso, Xavi; Iniesta, Villa y Fernando Torres.
Árbitro: Carlos Batres (GUA).
Campo: Ellis Park de Johannesburgo.
Hora: 20:30.
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