Las dos jóvenes muertas en la tragedia de Duisburgo son Clara Zapater, de 22 años, y Marta Acosta, de 22, naturales de Tarragona, que estaban celebrando el fin de curso tras un año en la Universidad de Münster con el programa Erasmus, según han confirmado fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Marta estudiaba Filología Inglesa y Clara, Psicología
Marta era estudiante de Filología Inglesa en la Universitat Rovira i Virgili (URV), mientras que Clara estudiaba Psicología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y era hija de Francisco Zapater, hasta hace pocos meses Síndic de Greuges de la URV, que ha decretado dos días de luto. Al parecer, las dos se habían desplazado hasta Duisburgo, junto con una treintena de compañeros, para celebrar el fin de curso antes de volver a Catalunya.
La URV ha decretado dos días de luto
Las familias de las víctimas ya están en Alemania para identificar los cadáveres y repatriar los cuerpos. Allí son atendidas por el cónsul general en Düsseldorf, que se ha desplazado hasta la ciudad de Duisburgo, donde murieron 19 personas en una avalancha durante la celebración del Loveparade, la mayor fiesta tecno del mundo al aire libre.
Entre las víctimas mortales de la avalancha humana se encuentran al menos otros cinco ciudadanos extranjeros. Hasta ahora se han identificado a 18 de los fallecidos, 11 de ellos de nacionalidad alemana.
Sus amigos y familiares han cambiado sus fotos de perfil en Facebook por crespones negros
La tragedia se desató el sábado por la tarde en la fiesta de música electrónica Loveparade, cuando se produjo una avalancha por pánico en las inmediaciones de un túnel de acceso al recinto en el que se celebraba. La fiesta no se volverá a celebrán más, se ha conocido este domingo.
"Había mucho pánico"
Una amiga de las estudiantes fallecidas, Joana Maria Ginard, ha explicado que durante el momento del accidente "había mucho pánico". En declaraciones a TV3 recogidas por Europa Press, ha asegurado que el grupo con el que estaban las chicas se encontraba dentro del túnel, donde había varios tapones humanos y muchos empujones.
Había que intentar no caerse porque si caían estaban muertos
"No podías entrar y la gente empezó a empujar. Unos querían entrar y otros salir", ha comentado.
La testigo, vecina de Mallorca, ha añadido desde Duisborg que se dieron cuenta de que a las dos chicas les había pasado algo hacia las 21.00 horas cuando un amigo las llamó para explicarles lo que había pasado, después de que vieran que no estaban con ellos. Los compañeros de Erasmus, amigos y familiares de las dos fallecidas han cambiado sus fotos de perfil en Facebook por crespones negros, en respuesta ante la pérdida de sus conocidas.
Los bomberos advirtieron
Ginard ha subrayado que sus amigos eran conscientes de que la gente se estaba muriendo y que estaban pisando a personas. También advirtió de que tenían que intentar no caerse, ya que "si caían estaban muertos".
Los bomberos habían advertido de que no era el recinto apropiado
Meses antes de la tragedia de Duisburgo la policía y los bomberos locales comunicaron al alcalde de la ciudad numerosas deficiencias del plan de seguridad, según informará en su edición de mañana el diario "Kölner Stadt-Anzeiger".
En octubre de 2009 los bomberos advirtieron por escrito al alcalde, Adolf Sauerland, de que la antigua estación de mercancías de Duisburg no era el recinto apropiado para celebrar esta fiesta. En el documento, los bomberos señalan al regidor que el espacio previsto, 230.000 metros cuadrados, con un aforo de 300.000 personas, no era suficiente para albergar a los cientos de miles e incluso más de un millón de personas que suelen acudir a estos eventos.
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