No podía ser otro equipo. El Atlético de Madrid rompió la imbatibilidad liguera del Barcelona en un partido típico entre estos dos equipos. Forlán y Simao pusieron por delante a los rojiblancos, pero Ibrahimovic recortó distancias llevando el nerviosismo a la grada.
Hoy el Atlético enamoró a su afición y a la de su vecino, el Real Madrid, a quien echó una mano tras ganar 2-1 a un Barcelona demasiado gris. Comenzó el partido dominando el equipo de Quique, que tras un par de ocasiones abrió el marcador gracias a un gol de Forlán (minuto9), tras una excelente acción de Reyes.
No contento con adelantarse en el marcador y anular al líder, el Atlético siguió buscando la portería de Valdés con una convicción inusual en el equipo rojiblanco. Simao, de falta directa, hizo el 2-0 cuando apenas sí habían pasado los primeros veinte minutos del encuentro.
A pesar del resultado en contra, el Barcelona no bajó los brazos y, tras reducir distancias con un gol de Ibrahimovic en el 26, se lanzó hacia la meta del Atlético una y otra vez, topándose con un enorme De Gea que sacó manos de todos los colores antes del descanso.
Valdés y Puyol evitaron el mal mayor
Tras la reanudación, decayó la intensidad del encuentro a la vez que los jugadores empezaban a sentir el cansancio acumulado durante la primera mitad. El Barça, entonces sí, bajó los brazos y fue una caricatura de sí mismo, circunstancia que quiso aprovechar el Atlético para sentenciar.
Sin embargo, no acertó con los últimos intentos, que desbarataron Valdés y un inmenso Puyol, y al final los tres puntos quedaron en casa. Así, el Barcelona ya mira de reojo al Madrid, que se pone a dos puntos, y el Atlético, por qué no, se anima a mirar arriba.