No sólo los 1.500 contribuyentes españoles investigados por Hacienda ocultaron su dinero en Suiza, también lo hizo ETA. Al menos entre los años 1999 y 2006, según una de las tres investigaciones abiertas por la Audiencia Nacional tras la Esa fundación tenía como socios fundadores a Joseba Imanol Elosúa Urbieta y a su esposa Avelina Llanos
desarticulación de la red de extorsión etarra dirigida desde el bar Faisán. Esa fundación tenía como socios fundadores a Joseba Imanol Elosúa Urbieta y a su esposa Avelina Llanos
Entre 1999 y 2006 ETA escondió en cuentas suizas de la filial del banco galo BNP Paribás 4,8 millones de francos suizos (3,5 millones de euros). El dinero llegaba a Suiza a través de la fundación Koipa, creada en Liechtenstein en marzo de 1999. Esa fundación (creada como benéfica, por lo que no pagaba impuestos) tenía como socios fundadores a Joseba Imanol Elosúa Urbieta y a su esposa Avelina Llanos.
Esta investigación, "muy complicada" y que sigue abierta "sin todos los resultados satisfactorios que esperamos", explican a 20 minutos fuentes del caso, ha permitido imputar a Elosúa, de 74 años, delitos de blanqueo de dinero y de evasión fiscal, a pesar de que él ha declarado que todo el dinero de esas cuentas son los beneficios de su bar, en la zona fronteriza de Irún, donde se vendían bocadillos Hasta 11 personas ayudaban a Elosúa en el cobro de los pagos de los empresarios extorsionados
y menús a camioneros y gente de paso. Hasta 11 personas ayudaban a Elosúa en el cobro de los pagos de los empresarios extorsionados
La investigación, no obstante, ha permitido conocer que 11 personas ayudaban a Elosúa en el cobro de los pagos de los empresarios extorsionados, que se movían por el País Vasco y Francia. No se ha podido saber, "es imposible", cuántos empresarios pagaron a ETA a través del Faisán de Elosúa.
Pero como ejemplos aparecen cuatro empresarios de una misma compañía que en 2001 abonaron 222.378 €; otros 54.000 € en abril de 2006 y otros 60.000 € el 4 de junio de 2006, 16 días antes de que Elosúa fuera detenido. Es decir, que la red de extorsión estuvo activa hasta el final. Una tarea nada fácil, "ya que el proceso de extorsión podría durar entre 24 y 30 meses, comprendidos desde que se envía la primera carta" hasta que pagan o se les comunican que son objetivos militares por su impago.
Comisiones
Los investigadores, no obstante, no creen que todo el dinero perteneciera a ETA, sino que Elosúa también cobraba una comisión por sus servicios recaudatorios. El bar Faisán no era la única red de extorsión de ETA. Tras su detención en junio de 2006, los servicios antiterroristas han contabilizado hasta la fecha unas 30 remesas distintas de cartas, por las que ETA ha podido llegar a recaudar 11,7 millones.
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