El Tribunal Supremo de Canadá dijo este sábado que una ciudadana canadiense puede demandar a la Iglesia Católica por los abusos sexuales de un sacerdote en la década de los setenta, cuando la víctima tenía ocho años.
Por siete votos a favor y ninguno en contra, el Tribunal Supremo canadiense dijo que los tribunales de Québec tienen que volver a evaluar la demanda de Shirley Christensen, que ahora tiene 36 años, contra el arzobispado de Québec y el sacerdote Paul-Henry Lachance.
Christensen presentó una demanda contra ambos en 2007 por valor de 242.000 dólares por los abusos sexuales que sufrió a finales de la década de los años setenta.
El arzobispado de Québec se defendió señalando que Christensen debería haber presentado la demanda antes, opinión que fue compartida por los tribunales de la provincia, que rechazaron la querella por haber expirado el plazo para la reclamación.
El código civil de Québec estipula que las víctimas sólo tienen tres años para presentar demandas desde el momento en que se comete el delito.
En la demanda, Christensen señaló que sólo se percató en el 2006 de que los problemas psicológicos que sufría estaban vinculados con las 40 violaciones cometidas por Lachance en el transcurso de dos años.
La familia de Christensen denunció los abusos a la diócesis de Québec hace casi 30 años, pero la institución religiosa convenció a sus padres de que no acudiesen a la policía y retiraron a Lachance de su parroquia.
Cuando, en 2006, Christensen denunció lo sucedido, la policía arrestó a Lachance, quien en 2009 se declaró culpable de asalto sexual y fue condenado a 18 meses de prisión, pero los tribunales no aceptaron su demanda civil contra el clérigo y el arzobispado al considerar que había esperado demasiado.
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