20.000 documentos desclasificados prueban que EE UU instó y apoyó el golpe de estado de Pinochet el 11-S de 1973. Es la constatación de un secreto a voces sobre la que no fue ni la primera ni la última ingerencia estadounidense en la política nacional de otro país. Una línea de actuación que ha mantenido esta superpotencia desde casi su creación con diferentes aspectos -militares o económicas; secretas o públicas-, las más diversas justificaciones y algunos muy poco recomendables compañeros de viaje.
Alejado del colonialismo de las potencias de la época, Estados Unidos no dudó en atacar Trípoli (1801-1805, porque sus barcos no querían pagar un tributo por navegar por aquellas aguas ) y Argelia (1815, para frenar los ataques de los piratas berberiscos), enviar tropas a todos aquellos países donde las posesiones o ciudadanos estadounidenses estuvieran amenazados (Sudamérica, China, Hawaii), abrir a cañonazos el comercio de un país que no lo desee (Japón,1854) o simplemente declarar guerras para ampliar su territorio (contra México en 1846 o contra España en 1898), siguiendo la doctrina del Destino Manifiesto.
América para los norteamericanos
Si un continente ha vivido las frecuentes intervenciones del Gobierno de EE UU ése ha sido el suyo propio y concretamente Latinoamérica, considerada por muchos dirigentes EE UU como el "patio trasero" de su país. Seguramente ése no era el propósito primigenio de la Doctrina Monroe de 1823 -resumida en la célebre "América para los americanos" para evitar la injerencia de las potencias coloniales europeas en el continente-, pero a la postre sirvió para convertir a los EE UU en el 'sheriff' del continente durante los siglos XIX y XX .
Sin ir más lejos, los haitianos han visto desembarcar a tropas estadounidenses al menos cuatro veces durante los últimos 100 años (1915, 1994, 2004 y 2010, aunque esta última vez, tras el terremoto, no hay ningún motivo para pensar que los motivos sean más que humantiarios). Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Panamá o el ejemplo mismo de Cuba son otros "habituales" en la lista de intervenciones EE UU en su propio continente.
Evitando el comunismo
Desde un principio se supo que EE UU y el comunismo no estaban hechos para entenderse. Tras el triunfo de la Revolución de Octubre, EE UU puso a varios miles de soldados (más de 10.000), junto con otra serie de países, en Rusia para apoyar al Ejército Blanco con escaso éxito. Desde entonces, la Unión Soviética y EE UU jugaron al ajedrez estratégico con diferentes países durante todo el siglo XX -con la excepción del apoyo logístico que brindó el país américano a los soviéticos durante parte de la Segunda Guerra Mundial-.
Durante la Guerra de Vietnam, EE UU intervino en casi todos los países del sudeste asiático
Desde el mismo final de la guerra, estadounidenses y soviéticos financiaron, armaron y apoyaron a las distintas facciones de diversas guerras que surgieron tras el conflicto (China, Vietnam, Afganistán, Cuba, Grecia, Etiopía y decenas de países por los cinco continentes) que hicieron que la "Guerra Fría" fuera todo menos fría.
Durante la Guerra de Vietnam, EE UU intervino en casi todos los países del sudeste asiático (Laos, Camboya, Tailandia, etc.) creyendo la llamada 'teoría del dominó' -según la cual, si un país caía en manos comunistas, lo harían el resto de sus vecinos-, que finalmente se vió irreal.
¿La CIA siempre está detrás?
Una vez más Sudamérica estaba en el ojo de EE UU. Si peleaban para que no proliferaran los regímenes comunistas en lugares tan lejanos como Vietnam, ¿qué no haría en su 'patio trasero'? Desde luego lo que hicieron fue apoyar a algunos régimenes dictatoriales como el de Augusto Pinochet en Chile, con el que se empezaba este recorrido, o Somoza (y posteriormente la Contra) en Nicaragua.
EE UU apoyó a varios régimenes dictatoriales en su lucha contra el comunismo en América
Apoyos menos reconocidos eran los que recibieron también numerosos golpes de estado como el golpe militar del 11 de septiembre de 1973 en Chile, y otros en Brasil, Argentina o Uruguay, habitualmente contra gobiernos de izquierdas. Sin poder obviar la conocida 'Operación Condor', donde la CIA entrenó y coordinó a los servicios de represión de las dictaduras del Cono Sur -Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Argentina y Bolivia- en su violenta represión contra elementos subversivos.
Estas actuaciones ayudó a la formación de la popular teoría conspiratoria que, aún hoy, suele colocar a la CIA -con razón o sin ella- detrás de cada golpe de estado de esa zona del mundo y que muchos gobiernos -como el venezolano- se afanan por mantener.
Amigos poco recomendables
La sabiduría popular que contiene el dicho "de aquellos polvos, estos lodos" viene a la mente al ver algunas paradojas que ha provocado este afán intervencionista estadounidense. El más conocido es sin duda el de Osama Bin Laden, el saudí que se unió a los muyahidines árabes que lucharon contra la invasión soviética de Afganistán (1979-1989) financiados por la CIA y que acabó conviertiéndose en el enemigo número uno de EE UU al frente de Al Qaeda.
Sadam Husein y Osama Bin Laden pasaron de ser aliados a enemigos de EE UU
Tampoco es menos paradójico el caso de Sadam Hussein. Convertido en paladín de Occidente contra otro de los enemigos clásicos de los EE UU -el Irán ultraislámico de los ayatolás-, el gobierno norteamericano armó a Irak en su guerra contra Irán. Todo ello para que después, el 'amigo americano' liderara dos coaliciones para atacar el país asiático y terminara siendo el responsable de la caída y ejecución del dictador iraquí.
Otro caso interesante es el del presidente haitiano Jean Bertrand Aristide, que se mantuvo en el poder gracias a Estados Unidos en los 90 y en los 2000. Sin embargo, cuando giró a la izquierda y se acercó a Cuba y Venezuela, granjeándose la antipatía de EE UU, perdió el poder (de hecho, las tropas estadounidenses fueron parte de las tropas internacionales que mantuvieron el país tras su caída).
¿Y en el futuro?
El intervencionismo no ha entendido de demócratas y republicanos. El 11-S y la Guerra contra el Terrorismo dio alas a Georges W. Bush para iniciar las guerras de Irak y Afganistán, hacer bombardeos específicos en países africanos y operaciones encubiertas en otros en nombre de la seguridad. Aunque Barack Obama ha cortado ese lenguaje su discurso en la entrega de su controvertido Premio Nobel de la Paz -en el que defendía "las guerras justas"- no hace presagiar que el intervencionismo americano vaya a desaparecer, aunque quizá sea necesario una mayor justificación.
Lo que sí parece es que el intervencionismo americano, lejos ya de la realpolitik, está más basado en el imperialismo más puro de los 'neocon' de Bush o en las razones humanitarias (Serbia) bajo Clinton y Obama.
http://www.20minutos.es/noticia/877733/0/eeuu/siglos/intervenciones/