Podrá parecerle una táctica muy desagradable, pero a los monos capuchinos no les falla. Orinar en sus manos y, después, esparcir el líquido a lo largo de su cuerpo tiene efectos cautivadores en las hembras de su especie.
Un nuevo estudio reveló que los cerebros de las hembras se activan cuando huelen la orina de los machos sexualmente maduros.
Los científicos dicen que, al bañarse con su propia orina, los monos están enviando una señal: "Soy atractivo y estoy disponible".
Los hallazgos fueron publicados en la revista especializada American Journal of Primatology.
Varias especies de simios de América Latina, como el mono aullador araguato, el mono ardilla y el mono capuchino, se bañan regularmente en orina.
Luego de orinar en sus manos, frotan vigorosamente el líquido en sus pies y partes posteriores.
Hipótesis
Varias hipótesis se han formulado sobre esta manía de algunos simios. Una apunta a que les ayuda a mantener su temperatura corporal y otra a que, gracias a su olor particular, pueden ser identificados como individuos en su manada.
Sin embargo, la mayor parte de las investigaciones sobre este tipo de comportamiento no han sido concluyentes.
"Un estudio reportó que cuando los machos eran requeridos por una hembra, sus lavados en orina aumentaban", señaló la doctora Kimberley Phillips, experta en primates de la Universidad Trinity en San Antonio, Texas, Estados Unidos.
"Las monas capuchino (cuando son fértiles) buscan activamente la compañía de machos. Por eso creemos que los lavados en orina de los machos podrían proveer información química a las hembras sobre su estatus sexual y social", le dijo la especialista a la BBC.
Phillips y sus colegas escanearon la actividad cerebral de las hembras mientras olían la orina de machos adultos y la de jóvenes.
Las imágenes de las resonancias magnéticas reflejaron que los cerebros de las monas se activaban significativamente más cuando estaban oliendo la esencia de los orines de los machos adultos que cuando olían la esencia de la orina de los jóvenes.
Debido a que los monos adultos alcanzan la madurez sexual, tienden a segregar mayores concentraciones de la hormona masculina, testosterona, en sus orines.
La concentración de testosterona en la orina también está relacionada con el estatus social del primate, el que produce más hormonas, tienen un estatus superior.
"Consideramos que se trata de una forma de comunicación", explicó la doctora, quien añadió que es sorprendente porque la especie no es conocida por usar códigos de comunicación basados en el olfato.