Las familias de diez niñas que sufrieron una reacción adversa a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) han presentado una demanda ante el Ministerio de Sanidad en la que le exigen que reconozca los efectos secundarios de esta vacuna y denuncian una "incorrecta" atención sanitaria a las menores.
Así lo ha asegurado Juan Domínguez, padre de una de las niñas afectadas y presidente de la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP), quien no ha concretado las indemnizaciones que se reclaman a Sanidad por los "daños morales y perjuicios" que sufrieron las menores y que algunos medios de comunicación cifran en hasta 130.000 euros.
Domínguez ha explicado que dos de las niñas que han demandado a Sanidad son las que estuvieron ingresadas en el Hospital Clínico de Valencia, una de ellas su hija Raquel, que estuvo durante tres meses hospitalizada y durante gran parte del tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Ha recordado que su hija ingresó en el hospital con convulsiones horas después de haber recibido la vacuna contra el virus del papiloma humano, causante del cáncer de cuello de útero.
"Aunque se intente relacionar con causas psicológicas, sufrió una encefalitis postvacunal y, con posterioridad, una ataxia que le impedía andar y le obligó a estar cinco meses en silla de ruedas", ha señalado Juan Domínguez, quien ha explicado que ha llegado a perder un curso escolar completo debido a su estado.
A su juicio, su hija estuvo "desatendida tres meses en el Hospital, de donde salió peor que cuando entró, y tuvimos que ampararnos en la Sanidad privada para que mejorara, porque la pública no hizo nada".
"Un dato escalofriante"
El presidente de la AAPV ha explicado que ya son veinte las familias asociadas a esta entidad por los efectos que la vacuna ha causado en menores vacunadas, y ha destacado que en los dos últimos años "han muerto 93 niñas después de haber sido inyectadas con esta vacuna. Un dato escalofriante".
Están jugando con las niñas como con conejillos de indias, están experimentando con ellas
Domínguez ha indicado que han demandado al Ministerio de Sanidad y no al laboratorio que desarrolló la vacuna porque la administración sanitaria fue la que aprobó la inclusión de esta vacuna en el calendario de vacunación.
"Están jugando con las niñas como con conejillos de indias, están experimentando y tratando a las niñas como meras estadísticas, cuando tienen nombre y apellidos y una dignidad", ha afirmado el padre de una de las menores afectadas.
Según Domínguez, la demanda presentada ante Sanidad se basa en que el Ministerio no quiere reconocer los efectos secundarios de esta vacuna como crisis convulsivas, vértigos, ataxias o dolor de cabeza, y por ello, le "exigimos que los reconozca".
Además, los demandantes consideran que no ha habido una "correcta atención sanitaria a las niñas que han enfermado, sino que han intentado quitárselas de encima. No se puede jugar así con la gente", han concluido.
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