La ingesta de grasas 'trans' y saturadas está relacionada con el desarrollo de depresión. Así lo asegura un estudio llevado a cabo por investigadores de las universidades de Navarra y Las Palmas de Gran Canaria.
Para llegar a esta conclusión, durante un periodo de seis años, analizaron a más de 12.000 voluntarios incluidos en el Proyecto SUN. Al principio del estudio, del que informa Consumer, los voluntarios no tenían signos de trastorno mental y, al finalizar, un total de 657 lo desarrollaron. Los autores, según explican en la publicación PLoS ONE, detectaron que las personas con un alto consumo de grasas trans y saturadas registraban un 48% más de posibilidades de sufrir depresión que quienes hacían un consumo comedido.
Algunos tipos de grasa son fuentes de energía y ricas en nutrientes
Los investigadores insisten en que no todas las grasas son iguales. La del aceite de oliva (monoinsaturada) y la de los aceites vegetales o el pescado (polinsaturada) se relacionan con menos posibilidades de sufrir depresión.
Además, algunos tipos de grasa son importantes fuentes de energía y ricas en muchos nutrientes. Se dividen en saturadas, monoinsaturadas, poliinsaturadas y ácidos grasos trans. Una alimentación adecuada exige saber distinguirlas, conocer cuál es su función y la cantidad diaria conveniente.
Carne, huevos, lácteos, bollería...
La grasa saturada se localiza, sobre todo, en los alimentos que proceden de los animales (carnes, vísceras, embutidos, piel de pollo, huevos, lácteos enteros, nata, yema de huevo), en el aceite de coco y palma (utilizados en elaboraciones industriales), en el chocolate y en pastelería y bollería. La grasa trans es frecuente en algunas margarinas, patatas fritas y otros aperitivos fritos industriales, así como en pastelería y bollería industrial.
Quienes comían "fast food" tenían un 60% más de riesgo de sufrir depresión
De la misma manera, con este trabajo, los investigadores españoles han confirmado que la incidencia de estrés es mayor en los países del norte de Europa, donde se consumen más derivados lácteos ricos en grasas saturadas, como la mantequilla. En zonas del sur, donde la población tiende a seguir más la dieta mediterránea, el riesgo de padecerlo disminuye.
Hace dos años, investigadores de la University College London, publicaron unos resultados similares: quienes comían de manera regular comida basura o "fast food", con alto contenido de grasa (comidas preparadas, postres y dulces), tenían un 60% más de riesgo de sufrir depresión que quienes seguían una dieta equilibrada con un aporte adecuado de frutas, verduras y pescado.
La depresión va a más
25 millones de europeos sufren depresión en la Unión Europea, el 5% de la población. De los más de 300.000 millones de euros anuales que se presupuestan en Europa para el tratamiento de las enfermedades mentales, cerca de la mitad se destinan al tratamiento de este trastorno y sus efectos. La Organización Mundial de la Salud prevé que en el año 2020 sea una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, superada solo por las enfermedades cardiovasculares.
En la Unión Europea, 25 millones de europeos sufren depresión
Además, sus consecuencias son múltiples y variadas. Las personas con trastornos mentales tienen una menor calidad de vida que el resto de la población y una mayor prevalencia en problemas de salud, como la hipertensión, la obesidad, la diabetes y enfermedades respiratorias, sumado a problemas de comportamiento y al abuso de sustancias tóxicas.
Incluso un gran porcentaje de ellos desarrolla problemas sexuales ligados a la propia enfermedad o a los fármacos utilizados en su tratamiento. Entre un 30% y un 70% de los afectados sufren alteraciones frecuentes, que se dan en todas las fases sexuales (desorden del deseo, alteraciones en la excitación, alteraciones del orgasmo o problemas por dolor sexual, entre otros).
http://www.20minutos.es/noticia/1051283/0/grasas/depresion/relacion/