Los equipos de salvamento anunciaron este domingo que no entrarán a rescatar a los 29 mineros atrapados en Nueva Zelanda, hasta que confirmen que el gas dentro de la galería no es un riesgo.
"No pondré a mi gente en peligro hasta que estemos seguros de que no vaya a haber explosiones", indicó el director del servicio nacional de emergencias, Trevor Watts, quien recordó que para él los trabajadores son "como hermanos".
Watts dijo que sus equipos están listos para bajar a la galería en cuanto sea posible y en cuanto los análisis confirmen que el gas no es peligroso.
Mientras tanto, uno de los supervivientes declaró que él se salvó porque llegó tarde al trabajo y no había descendido a la misma profundidad que la mayoría de sus compañeros cuando ocurrió la explosión del viernes.
Russell Smith también afirmó que hubo varios estallidos. "Las explosiones se fueron sucediendo una detrás de otra, así que me agaché para protegerme de los escombros", señaló a la televisión neozelandesa Smith, quien logró salir de la mina por su propio pie junto a su colega Daniel Rockhouse.
El operativo de rescate sigue paralizado por el peligro de incendios subterráneos que podría provocar el gas metano.
"Las muestras que hemos analizado indican que hay una especie de calentamiento bajo tierra, algún tipo de combustión con los gases", señaló Peter Whittall, consejero delegado de la empresa propietaria Pike River.
Whittall añadió que todavía no es seguro enviar a los equipos de salvamento, mientras su responsable policial, Gary Knowles, afirmó que todavía tienen esperanza de que los mineros estén vivos.
El sábado ya se suspendió por segunda vez consecutiva la operación, cuando la oscuridad obligó a parar la extracción de aire del interior y por el riesgo de que se produjera otro estallido de gas metano.
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