Chicago - Las relaciones sexuales y el ejercicio físico pueden ocasionar ataques cardíacos en personas mayores que no practican con frecuencia el uno o el otro, según un nuevo análisis.
El riesgo es bajo, pero es una excelente advertencia de que las personas que poco se mueven deberían cambiar gradualmente sus hábitos de ejercicio, especialmente a partir de los 50 años.
La gente que hace ejercicio físico con regularidad tiene un riesgo mucho menor de sufrir ataques cardíacos inmediatamente después de una actividad sexual o física, dijo su autor, el doctor Issa Dahabreh, del Centro Médico Tufts, en Boston.
"Sería muy negativo que alguien pensara que nuestra investigación quiere decir que la gente no debe hacer ejercicio físico", dijo Dahabreh. "De cualquier forma, se trata del caso contrario".
El análisis, publicado el miércoles en la revista Journal of the American Medical Association, combina los resultados de 14 estudios en los que participaron más de 6,000 pacientes.
En el estudio participaron solamente personas que tuvieron ataques cardíacos o tuvieron una parada del corazón súbita debido a una dolencia de ese órgano. El estudio analizó lo que hacían las personas durante una o dos horas antes de sufrir un ataque cardíaco y lo compararon con la actividad de la misma persona en días normales pero sin grandes problemas cardíacos.
El estudio tiene como fin aclarar "por qué se producen los ataques cardíacos".
La actividad física y las relaciones sexuales aumentan el riesgo de un ataque cardíaco por un factor de tres, según el análisis de los resultados. El ejercicio aumenta el riesgo de una parada cardíaca súbita casi en cinco veces. Empero, los investigadores no descubrieron una relación entre las relaciones sexuales y una parada cardíaca súbita, es decir, una muerte repentina debido a un problema cardíaco.
El riesgo para cualquier persona es extremadamente bajo.
"Si se sigue a 10,000 personas durante un año y si todas deciden aumentar su actividad física en una hora a la semana, cabría esperar dos o tres ataques cardíacos más", dijo Dahabreh.
Ese riesgo es compensado en la mayoría de los casos por el beneficio del ejercicio físico. En general, cuanto más se mueve la gente, menos posibilidades tienen de que ese ejercicio o las relaciones sexuales ocasionen un ataque cardíaco.
La mayor parte de los pacientes que participaron en el estudio tenían muy cumplidos los 50 años o estaban en los primeros de la década de los 60.
El ejercicio físico podría ser considerado un entrenamiento para las relaciones sexuales, según Mercedes Carnethon, investigadora de dolencias cardíacas en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, que no participó en la investigación.