BARCELONA (Reuters) - Michael Schumacher sonreía de nuevo tras el Gran Premio de España del domingo, pero eso no era nada comparado con las sonrisas en Red Bull después de otra exhibición de dominio.
Un alborozado Mark Webber superó al Ferrari de Fernando Alonso por 24 segundos en el Circuit de Catalunya y finalizó más de un minuto por delante del Mercedes de Schumacher, que fue cuarto. Red Bull también logró cinco poles en cinco carreras.
Los registros de tiempos tuvieron lecturas aleccionadoras para unos rivales que habían esperado cerrar la brecha de velocidad a su regreso a Europa pero que, a diferencia de la nube de ceniza volcánica aún suspendida sobre el continente, acabaron más alejados que nunca.
A pesar de ello, Schumacher dio la espalda a una sombría actuación en China y disfrutó de su mejor carrera desde que el heptacampeón decidió volver a la Fórmula Uno esta temporada después de tres años fuera.
"La chispa ha vuelto", declaró el director ejecutivo del equipo Mercedes, Nick Fry.
"Ya desde el inicio del viernes estuvo ahí. Escuchando por la radio a Michael, la confianza ha vuelto a su voz y él sabe exactamente lo que quería del coche y creo que tuvo todo lo que tenía que tener".
Schumacher estaba bajo escrutinio tras finalizar décimo en Shanghái, sumando sólo dos puntos en sus tres carreras anteriores y siendo superado 4-0 por su joven compañero de equipo Nico Rosberg.
Había pasado un tiempo después de China hablando sobre los problemas con el equipo, yendo en bicicleta con sus ingenieros de carrera y volviendo a la pista renovado y animado.
Pero la recuperación del chasis que había utilizado en las pruebas de pretemporada, una distancia mayor entre los ejes y mejoras aerodinámicas marcaron la verdadera diferencia.