Es inevitable, todos los hemos visto. Aquellos que andan pegados a sus "smartphone" o teléfonos inteligentes como correctamente se le llaman. Se acuestan leyendo los últimos titulares de noticias, se levantan de madrugada a ver si le dejaron un mensaje en Wassup, almuerzan contigo mientras revisan su Facebook, contestan cada uno de los mensajes que llegan al correo electrónico de las tres cuentas que tienen "linkeadas" al aparatito. Twittean cada plato que se comen, fotos de cada lugar que visitan y hasta se tiran fotos detrás del espejo para que otros vean cómo lucen antes de salir. La situación está fuera de control.
Puede ser que se trate de los adictos a los teléfonos celulares, una condición que podría parecer un chiste, pero que realmente puede tener consecuencias en tu estado mental.
Es un tipo de compulsión que genera ansiedad según un estudio de la Universidad de Florida (UF), en Gainesville publicado por la Agencia EFE.
“No se trata tanto del tiempo que pasamos hablando por teléfono, aun cuando puede ser también un problema, como de la 'necesidad de estar conectados' para saber 'qué pasa y permanecer disponibles'”, señaló Lisa Merlo, profesora de Psiquiatría de la UF.
“Ésta es una de las características de la adicción a los teléfonos móviles”, aseguró Merlo, y explicó que, a diferencia de la adicción al alcohol, las drogas o el juego, “resulta más difícil precisar el problema del uso de los móviles”.
No obstante, sostuvo que “es el momento de dar un paso atrás” para todos aquellos que reconocen que les resulta imposible “cenar sin enviar mensajes de texto” o prescindir de “escribir frenéticamente en su agenda electrónica durante las reuniones”.
El estudio destaca que un creciente número de personas que se ven obligadas a apagar sus móviles sufren estados de ansiedad o, en el caso de que olviden el teléfono en casa, no pueden disfrutar de la actividad que desarrollan.
A menudo, subrayó Merlo, los “adictos” a los móviles revisan compulsivamente el buzón de voz y de texto de sus teléfonos.
Advirtió que este abuso llega a ser especialmente problemático cuando la persona padece depresión o ansiedad, ya que este estado puede “exacerbarse” si no se toman medidas.
Así, por ejemplo, alguien que está preocupado por lo que otros piensan puede “fácilmente entrar en un estado de agitación si no le devuelven de inmediato las llamadas o los mensajes de texto que envió”, acotó la psiquiatra.
Consejos si estás adicto al teléfono:
Admítelo- Puede ser difícil, pero no imposible. Tienes que aceptar la situación y buscar ayuda.
Cuenta el tiempo- Mantén un récord de la cantidad de minutos y horas que pasas pegado a tu teléfono. Anótalo en una libreta. Te sorprenderás de lo mucho que puede ser y te ayudará a crear consciencia de cómo puedes aprovechar mejor ese tiempo.
Habla- No se trata de un problema grave. Debes conversar con tus amistades sobre tu situación y dejarles saber que estás tratando de liberarte de las presiones del celular y que por favor no se desesperen si no les contestas de inmediato.
Utiliza el "out of office" o "auto reply"- Activa la función de respuestas automáticas de tu cuenta de correo electrónico. Si vas a salir a almorzar o a una reunión puedes redactar un mensaje breve que diga "Estaré fuera de mi escritorio por las próximas dos horas por favor tomar en cuenta que tardaré un poco en dar respuesta a su mensaje". De esta forma no sentirás la presión de que debes responder de inmediato o lucirás como un irresponsable.
Si es un problema más complejo, o si utilizas esta adicción para compensar algunas situaciones personales busca ayuda profesional como un sicólogo o terapista.
(Fuente: Recopilado por El Nuevo Día)